El Wabi Sabi es uno de los pilares de la cultura japonesa y, por lo tanto, tiene muchas acepciones. Uno puede utilizar este término para referirse a un estado de meditación y contemplación profundas del alma, así como denotar la falta de simetría de un objeto.
El Wabi Sabi nos ayuda a entender los cánones estéticos asiáticos. Esta corriente apuesta por la belleza de la imperfección y celebra lo incompleto. Podríamos afirmar, que el Wabi Sabi es el arte de la austeridad y de la simplicidad.
La filosofía Wabi Sabi encuentra sus orígenes en el taoísmo y en el budismo Zen de mediados del siglo XV. Durante esos tiempos, la ceremonia del té era uno de los pasatiempos más populares en las sociedades asiáticas. Por aquel entonces, dicho líquido era servido en teteras y tazas tradicionales de barro, que se intentaban preservar el máximo tiempo posible. Debido a la erosión del té caliente, y al poso que este mismo genera, estos utensilios iban viendo alteradas tanto su forma como su color.
Este fue el inicio de la estética Wabi Sabi, una corriente fascinada por el paso del tiempo y sus efectos, basada en la contemplación de lo natural y la aceptación del estado de las cosas según su ciclo de vida.
Un siglo más tarde, el Wabi Sabi deja de ser un concepto exclusivamente relacionado con la ceremonia del té, y pasa a ser una de las características más notables de la cultura japonesa, coreana y china. El Wabi Sabi empieza a aplicarse a la artesanía y a la decoración de interiores
La estética Wabi Sabi ha llegado a nuestros tiempos prácticamente intacta. Este estilo siguemmanteniendo la austeridad y la búsqueda de lo imperfecto como su esencia. Se ha convertido en una de las opciones de interiorismo más demandadas por el público. Por ello, hoy te traemos cuatro consejos para aplicar la filosofía Wabi Sabi a tus interiores.
Como ya hemos comentado antes, el Wabi Sabi se basa en evitar todo lo innecesario. Por estem motivo, deja que tus paredes respiren, no abuses de la decoración y deja en paz ese pequeño rasguño que tiene tu pared.
Al Wabi Sabi no le importa que tus sábanas no estén planchadas inmaculadamente, ni que tu mesa central no esté pulida a la perfección. Para conseguir un interior fiel a esta estética, apuesta por lo imperfecto y no intentes corregir la falta de simetrías.
Se trata de no tener elementos que destaquen por encima de otros. Para conseguirlo, céntrate en una paleta neutral de blancos, grises, marrones…
Si a pesar de querer un interior Wabi Sabi eres un amante de los adornos, decántate por todas aquellas formas y texturas naturales o que emulen a la naturaleza: tiestos de barro, joyeros de madera, cestas de mimbre…